Partido con aroma a clásico, de ida y vuelta constante, donde ambos equipos tiraron la casa por la ventana. Quilmes volvió a mostrar poder de fuego con Britez (doblete), Santacruz y Montiel, pero la zaga quedó desprotegida. La media cancha no logró contener a un Galos intratable: seis gritos sagrados de seis jugadores distintos, entre ellos el incisivo Vezpa y el siempre encendido Amarilla. Galos, con hambre de gloria, se planta quinto con 15 puntos, acechando la cima. Quilmes, 12º con 9 unidades, deberá ajustar el retroceso defensivo si quiere sumar ante un aguerrido Las Palmas. Ambos sueñan con llegar a la Copa de Oro, pero lo hacen por caminos muy distintos.